¿Qué son los empastes blancos?
Las consecuencias más normales tras un problema de caries es el empaste del diente afectado. Constituye éste un proceso habitual para reconstruir la pieza para que vuelva a ‘funcionar’ con normalidad. Conozcamos un poco más a fondo el proceso.
Al obturar o empastar un diente lo que se persigue es limpiar la cavidad resultante de una caries para luego rellenarla con algún material. La intención es rehabilitar la anatomía dental para que no haya alteraciones estéticas ni funcionales.
Un buen sellado impide que vuelva a producirse una lesión cariosa, pero según el material empleado el impacto estético puede ser mayor o menor. En muchos casos, los dentistas recurren a la amalgama (una aleación de metales) para restaurar la pieza, con resultados visibles para el paciente.
En contraposición a los métodos tradicionales, los “empastes blancos” surgen como un avance que en el sellado. Este método utiliza una resina para el rellenado, un material sintético que endurece tras la aplicación de una luz halógena. Así, es posible reconstruir dientes anteriores y empastar molares sin que nadie note la diferencia con un diente íntegro.