Sequedad bucal, ¿un problema dental?
La boca es un indicativo general del estado de salud de nuestro cuerpo. A menudo pasamos por alto ciertas patologías que pueden ser síntomas de un problema más serio. En este sentido, la sequedad bucal no constituye una situación de peligro directo para nuestros dientes, pero a largo plazo puede favorecer la proliferación de enfermedades como la caries.
La sequedad bucal se produce por falta de saliva, sustancia natural que nos ayuda a luchar contra las bacterias. Las personas que padecen este problema suelen desarrollar patologías que van desde la halitosis hasta la formación de aftas.
Además de las incomodidades del día a día, la sequedad bucal puede favorecer a largo plazo la formación de placa bacteriana, que es un paso previo al surgimiento de la caries.
Para evitar la sequedad bucal debemos mantener hidratada nuestra cavidad oral bebiendo agua con frecuencia. Mascar chicle también ayuda a reactivar el flujo de saliva, con lo que nuestros dientes estarán más protegidos. En caso de que el problema persista, debemos ver si la causa se encuentra en la toma de algún medicamento. En todo caso, nuestro dentista podrá recomendarnos algún producto específico al respecto, como los enjuagues bucales.